Como cuidar y limpiar: Perlas, Coral, Marfil y Ámbar

Como cuidar y limpiar: Perlas, Coral, Marfil y Ámbar

En estos días han coincidido en la tienda varios clientes preguntando como limpiar las Perlas. Así pues, he decidido que este post trate sobre el Cuidado y Limpieza de las Perlas, Coral, Marfil y Ámbar.

Son gemas orgánicas, y precisamente debido a su origen biológico merecen ser cuidadas con cariño y delicadeza, para mantener su belleza.

En las cuatro coinciden unos principales y sencillos cuidados, los cuales, harán que sigan manteniendo sus peculiares características de belleza mucho tiempo:

- Para guardarlas, debe hacerse por separado, en su estuche de origen, en bolsas de tela de algodón o terciopelo. Si las ponemos junto con otras joyas, al ser estas de menor dureza, pueden ser rayadas.

- El perfume, el maquillaje, las lacas... son productos que las perjudican notablemente. Siempre hay que ponerse estas piezas después de darnos ese toque especial, (así todo mantiene su belleza, las personas y las joyas).

- Cuando nos las quitamos es aconsejable limpiarlas con un paño suave.

- Otra cosa que no debemos hacer es ducharnos, bañarnos o deporte con ellas puestas. Los jabones, el sudor, el calor les perjudica.

PERLAS

Si  pierden su oriente, ese brillo nacarado tan especial,  es totalmente irreversible. Como ya he comentado, los perfumes lacas, maquillaje, jabones... son muy perjudiciales.

Las perlas son resistentes, pero hay que cuidarlas, simplemente es adquirir la costumbre de limpiarlas con un paño limpio y suave cada vez que las utilizamos. De esta manera eliminamos polvo, grasas naturales que segrega nuestro cuerpo y sudor, todo ello hace que el oriente de las perlas se deteriore.

Es tan malo para ellas tanto la sequedad como el exceso de humedad. Para evitar su deshidratación limpiarlas de vez en cuando con un paño de algodón humedecido con agua.

También es conveniente cambiar el hilo de enfilado, hay quien dice cada dos años, otros cada cinco. Eso depende del uso y tipo de hilo que se ha utilizado, si el hilo esta sucio, nudos aflojados, deshilachado, aunque las perlas estén bonitas afea el collar.

MARFIL

No hay que guardarlo en sitios oscuros, pues esto hace que pierda su blancura y adquiera una tonalidad amarillenta. La luz directa del sol les perjudica pero sin embargo la luz solar indirecta les beneficia, prolongando su blancura.

Muy sensible a los cambios de humedad y temperatura. La excesiva sequedad los deshidrata y el exceso de humedad puede hacer que se hinche y posteriormente agriete.

Es muy poroso, por lo cual puede absorber líquidos que le caigan, sudor, nuestra propia grasa corporal. Por eso, en el manejo de piezas de marfil se aconseja la utilización de  guantes blancos de algodón.

La limpieza del marfil tenemos que hacerla delicadamente, con un pincel, en el caso de figuras, o con un paño muy suave.

De vez en cuando añadir unas gotas de aceite de almendras en un paño y aplicarlo con cuidado, obtendremos un brillante resultado.

CORAL

Evitar la luz directa del sol, la temperatura alta puede hacer que pierda color.

El coral suele estar pulido muy ligeramente, por eso  con el tiempo nos encontramos con collares y piezas de coral que  presentan un aspecto, no tan brillante. 

Limpiarlo de vez en cuando sumergiéndolo en agua con unas gotas de detergente neutro, poco tiempo, no más de media hora. Después secar.

Podemos utilizar un paño con unas gotas de aceite de oliva y con ello frotar el coral, quitar el exceso de grasa con una gamuza y dar brillo,  no es el mismo resultado que el pulido pero queda resultón.

ÁMBAR

El ámbar es el más delicado de las gemas que estamos tratando, pero también muy agradecido a los pequeños cuidados de conservación. Su luminosidad y brillo le hacen excepcional junto con su suavidad al tacto.

Se trata de una resina fósil, por eso es más blando que las anteriores y se raya fácilmente. Además de conservarlos, como en las anteriores, debemos manejarlo con suavidad.

Es sensible a las luz del sol pues una exposición prolongada puede hacer que se agriete debido a la deshidratación. Tampoco le beneficia la humedad.

Para limpiarlo con un paño muy suave después del uso.

Podemos  realizar su limpieza sumergiéndolo en agua no muy fría no más de 10 minutos, ( hay quién recomienda añadir un poco de detergente neutro pero yo no soy partidaria de ello), secar delicadamente, nunca dejar se seque por si solo pues esto puede hacer se tienda a enturbiarse, y para terminar frotar muy suavemente con un paño al que hemos añadido unas gotas de aceite de almendras.

Y con esto terminamos, espero que ayude al cuidado de estas maravillosas gemas orgánicas.

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